No obstante, esta campaña naval tradicionalmente se viene considerando como una derrota española y a la luz de las últimas investigaciones históricas no fue tal, a menos que se considere eso a no conseguir los objetivos que tenía previstos debido al extravío de los navíos en el temporal y no como consecuencia de numeroso hundimientos o de batalla entre los dos titanes que impidiera el desembarco de 30.000 hombres en las costas inglesas.
Aun así, después del fuerte temporal frente a Escocia e Irlanda, más del 80% de los navíos llegaron a las costas españolas. Sin embargo, la supremacía española en los mares permanecería indiscutida hasta la Batalla de las Dunas (1639).[3] Además su posición como primera flota del mundo se afianzó aún más cuando los ingleses crearon su Armada Inglesa un año después de esta operación, y fracasaron igualmente frente a las costas de Galicia y Lisboa.Debía mandarla el almirante de Castilla Don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, pero murió poco antes de la partida de la flota, siendo sustituido a toda prisa por Alonso Pérez de Guzmán (VII duque de Medina-Sidonia), Grande de España. Estaba compuesta de unos 127 barcos.

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